¿Por qué este proyecto educativo?
La sociedad tecnológica en la cual vivimos ha generado reflexiones sobre nuevos paradigmas educativos que condicionarán un entramado de intervenciones pedagógicas apoyándose básica y afortunadamente en concepciones constructivistas. La perspectiva sistémica adquiere, por tanto, nuevas dimensiones con las Tecnologías del Aprendizaje y la Comunicación y nos abre puertas hacia entornos personales de aprendizaje sin depender exclusivamente de estructuras clásicas. Entonces el aula ¿deja de ser importante? El aula será el lugar de interacción más importante. Lo que en consecuencia debería de cambiar será su concepción: deja de ser un espacio cerrado donde el docente expone contenidos de manera unidireccional y pasa a ser un lugar de reflexión, de puesta en común, de trabajo colaborativo, de exposición, de espacio lúdico de aprendizaje; garantía de éxito educativo en el aprendizaje.
El aprendizaje móvil.
Dolors Reig dice que la llegada de la tecnología a las aulas es inevitable y necesaria. Pero este avance tecnológico no se ha quedado anclado en aparatos u ordenadores alojados en salas de informática, en las esquinas del aula o en el salón de una vivienda. La sociedad del conocimiento ha buscado llevar consigo un acceso a la información sencilla, práctica y sobretodo que vaya con las personas y no sujeta a los espacios físicos.
Esta sociedad del conocimiento se ha hecho casi dependiente del acceso a la información o a la comunicación inmediata. Esto, nos guste o no es una realidad. Y cerrar los ojos o empecinarse en decir que la escuela debe ir por otros caminos es caer en el error de no adaptarse a los cambios sociales que la tecnología está provocando.
Como profesionales de la educación nuestra labor será aprovechar estas circunstancias para mejorar procesos de aprendizaje en los alumnos. Pero además nos dará la oportunidad de cambiar hechos instruccionales y metodológicos dando a los alumnos un papel protagonista y activo. El momento final residirá en hacer de la tecnología algo trasparente y habitual para alejarlo de un hecho extraordinario. La tecnología puede resultar al principio motivador por lo novedoso pero lo que realmente les resulta motivante a los alumnos son metodologías que se basen en la participación y en el aprendizaje como desvelo de misterios, de retos, de la aventura que supone aprender. Y el verdadero hacedor de ese clima es el docente motivado y entusiasta de su trabajo. Si además recibimos el respaldo colaboración e implicación de las familias en el proceso de aprendizaje habremos completado este círculo. No hay más; es así de sencillo.
Esta sociedad del conocimiento se ha hecho casi dependiente del acceso a la información o a la comunicación inmediata. Esto, nos guste o no es una realidad. Y cerrar los ojos o empecinarse en decir que la escuela debe ir por otros caminos es caer en el error de no adaptarse a los cambios sociales que la tecnología está provocando.
Como profesionales de la educación nuestra labor será aprovechar estas circunstancias para mejorar procesos de aprendizaje en los alumnos. Pero además nos dará la oportunidad de cambiar hechos instruccionales y metodológicos dando a los alumnos un papel protagonista y activo. El momento final residirá en hacer de la tecnología algo trasparente y habitual para alejarlo de un hecho extraordinario. La tecnología puede resultar al principio motivador por lo novedoso pero lo que realmente les resulta motivante a los alumnos son metodologías que se basen en la participación y en el aprendizaje como desvelo de misterios, de retos, de la aventura que supone aprender. Y el verdadero hacedor de ese clima es el docente motivado y entusiasta de su trabajo. Si además recibimos el respaldo colaboración e implicación de las familias en el proceso de aprendizaje habremos completado este círculo. No hay más; es así de sencillo.
¿Quiénes somos?
Somos docentes con propuestas innovadoras que buscan alternativas educativas para mejorar procesos de aprendizaje. Buscamos la motivación del alumno a través de metodologías participativas e inclusivas, que le den un papel protagonista en su formación personal y académica. Para ello nos apoyamos con recursos actuales que didácticamente contemplen soportes tecnológicos de manera líquida, sin aspavientos ni hechos extraordinarios pero adaptados a las circunstancia de la competencia TIC del profesorado; muy variopinta
Al estar dedicados en la actualidad a la formación del profesorado somos conscientes de la importancia que tiene realizar nuevas propuestas que inviten en principio a la reflexión, después a la propia formación y por último a la puesta en práctica. Las propuestas realizadas (Proyectos Didácticos) pueden realizarse en el aula o pueden servir de guía para la elaboración de recursos propios tanto a nivel de Centro como a nivel individual.
Creemos en el potencial de la tecnología móvil por varios motivos: será la imperante ( ¿o lo es ya?), es líquida, reduce la brecha digital, abre espacios de aprendizaje, es cómoda y será la más barata. Pero quede claro que será nuestro medio y nunca nuestro fin. ¿Acaso piensas que debemos seguir dando clase como hace treinta años?
"El problema de nuestro tiempos es que el futuro ya no es lo que era" (Paul Valery)
Al estar dedicados en la actualidad a la formación del profesorado somos conscientes de la importancia que tiene realizar nuevas propuestas que inviten en principio a la reflexión, después a la propia formación y por último a la puesta en práctica. Las propuestas realizadas (Proyectos Didácticos) pueden realizarse en el aula o pueden servir de guía para la elaboración de recursos propios tanto a nivel de Centro como a nivel individual.
Creemos en el potencial de la tecnología móvil por varios motivos: será la imperante ( ¿o lo es ya?), es líquida, reduce la brecha digital, abre espacios de aprendizaje, es cómoda y será la más barata. Pero quede claro que será nuestro medio y nunca nuestro fin. ¿Acaso piensas que debemos seguir dando clase como hace treinta años?
"El problema de nuestro tiempos es que el futuro ya no es lo que era" (Paul Valery)
Un dispositivo móvil como herramienta de aprendizaje.
- ¿Es un proyecto elitista? (sin caer en visiones panfletarias, vamos a pensar en todas las sensibilidades…)
Lo que parece “elitista” es permitir una nueva brecha digital: si se demuestran ventajas reales en el uso de los ipad u otros dispositivos móviles como herramienta de trabajo escolar, lo que es “elitista” es no permitir que colectivos sociales queden al margen de dichos beneficios. También hay que considerar las diferentes posibilidades de despliegue de dichos dispositivos: además del modelo 1-1 (un alumno-una tableta), pueden implementarse otros usos, como un “rincón del ipad” (por ejemplo, 4 dispositivos por clase), un “aula móvil de ipad” (con ratios como un ipad por cada 6 alumnos), un “aula ipad” fija (una o dos por centro…). También hay que considerar varios aspectos:
- El uso de los ipad puede ser una alternativa a los libros de texto tradicional. En este sentido, su coste no sería superior al del material convencional (al que no nadie le pone la pega de “ser elitista”). Puede convivir con el libro de texto, sustituirlo...
- Su coste no es muy superior al de notebook, portátiles, etc., a los que aventaja en rendimiento, facilidad de uso, versatilidad de aplicaciones…
¿Por qué implantar ipad en el aula?
- Por un lado, la facilidad de uso, intuitividad en su manejo (mínima curva de aprendizaje), calidad de imagen, versatilidad en el uso (acceso a la información, producción de información…)
- Por otro lado, presenta ventajas pedagógicas interesantes: amplía las posibilidades de aprendizaje visual y de interacción con los contenidos; facilita la producción de contenidos de forma cooperativa o compartida; permite la producción de información por parte del alumno (vídeos, audios, infografías, mapas conceptuales, etc.); permite su uso en situaciones de trabajo de campo (por ejemplo, una visita escolar, una situación de orientación sobre el terreno, etc.) gracias a la plena movilidad y a las aplicaciones específicas para dichos dispositivos (GPS, etc.); permite incrementar las posibilidades de acceso fluido a la información (por ejemplo, gracias al SIRI los alumnos pueden buscar información incluso sin saber escribir, en Educación Infantil), e incrementar la información sobre la realidad (realidad aumentada); cuenta con una inmensa gama de aplicaciones educativas específicas (gran parte de las cuales son gratuitas) o aplicaciones generalistas con amplias posibilidades educativas (apps de edición de vídeo, de gestión de contenidos compartidos, de creación de esquemas o mapas conceptuales, etc.); hace fácilmente integrables las redes sociales en el aprendizaje...
- Permite una metodología coherente con el aprendizaje significativo y con el protagonismo del alumno en el proceso de generación del conocimiento (Lifelong Learning); permite una personalización de los currícula, otorgando al docente la capacidad de selección de recursos (lo que no sucede con el empleo sistemático del libro de texto). No se trata de aplicar dispositivos porque sí, sino disponer su uso al servicio de una metodología constructivista de enseñanza-aprendizaje (evitando lo que C. Lankshear e I. Zinder, I denominaban el “Síndrome del vino viejo en botellas nuevas“)
Lo que parece “elitista” es permitir una nueva brecha digital: si se demuestran ventajas reales en el uso de los ipad u otros dispositivos móviles como herramienta de trabajo escolar, lo que es “elitista” es no permitir que colectivos sociales queden al margen de dichos beneficios. También hay que considerar las diferentes posibilidades de despliegue de dichos dispositivos: además del modelo 1-1 (un alumno-una tableta), pueden implementarse otros usos, como un “rincón del ipad” (por ejemplo, 4 dispositivos por clase), un “aula móvil de ipad” (con ratios como un ipad por cada 6 alumnos), un “aula ipad” fija (una o dos por centro…). También hay que considerar varios aspectos:
- El uso de los ipad puede ser una alternativa a los libros de texto tradicional. En este sentido, su coste no sería superior al del material convencional (al que no nadie le pone la pega de “ser elitista”). Puede convivir con el libro de texto, sustituirlo...
- Su coste no es muy superior al de notebook, portátiles, etc., a los que aventaja en rendimiento, facilidad de uso, versatilidad de aplicaciones…
¿Por qué implantar ipad en el aula?
- Por un lado, la facilidad de uso, intuitividad en su manejo (mínima curva de aprendizaje), calidad de imagen, versatilidad en el uso (acceso a la información, producción de información…)
- Por otro lado, presenta ventajas pedagógicas interesantes: amplía las posibilidades de aprendizaje visual y de interacción con los contenidos; facilita la producción de contenidos de forma cooperativa o compartida; permite la producción de información por parte del alumno (vídeos, audios, infografías, mapas conceptuales, etc.); permite su uso en situaciones de trabajo de campo (por ejemplo, una visita escolar, una situación de orientación sobre el terreno, etc.) gracias a la plena movilidad y a las aplicaciones específicas para dichos dispositivos (GPS, etc.); permite incrementar las posibilidades de acceso fluido a la información (por ejemplo, gracias al SIRI los alumnos pueden buscar información incluso sin saber escribir, en Educación Infantil), e incrementar la información sobre la realidad (realidad aumentada); cuenta con una inmensa gama de aplicaciones educativas específicas (gran parte de las cuales son gratuitas) o aplicaciones generalistas con amplias posibilidades educativas (apps de edición de vídeo, de gestión de contenidos compartidos, de creación de esquemas o mapas conceptuales, etc.); hace fácilmente integrables las redes sociales en el aprendizaje...
- Permite una metodología coherente con el aprendizaje significativo y con el protagonismo del alumno en el proceso de generación del conocimiento (Lifelong Learning); permite una personalización de los currícula, otorgando al docente la capacidad de selección de recursos (lo que no sucede con el empleo sistemático del libro de texto). No se trata de aplicar dispositivos porque sí, sino disponer su uso al servicio de una metodología constructivista de enseñanza-aprendizaje (evitando lo que C. Lankshear e I. Zinder, I denominaban el “Síndrome del vino viejo en botellas nuevas“)